sábado, 28 de diciembre de 2013

Las Estampas Japonesas y el Impresionismo.


Junto con la fotografía, las estampas japonesas fueron una gran influencia en el desarrollo de la pintura impresionista. Los primeros grabados japoneses, realizados en madera, llegaron a Europa gracias a la apertura de los puertos japoneses en marzo de 1854, tras permanecer cerrados durante más de doscientos años, al comercio con Occidente. En los años siguientes el interés por la cultura oriental creció: en 1861 el barón de Chassirons publica Notes sur le Japon, la Chine et l’Indie, 1858-1860, el primer libro en francés que reproduciría fascines de las obras de Hokusai; en 1862 en la Exposición Universal de Londres se pudieron ver por primera vez en Europa libros y grabados japoneses y en París, en la rue de Rivoli se inauguraba la boutique de Mme. Desoye, especializada en objetos importados de extremo oriente.
Whistler, Capricho en púrpura y oro nº2: el biombo dorado
Estos grabados japoneses tuvieron un efecto inmediato en los artistas impresionistas. Manet  y T. Rousseau eran algunos de sus coleccionistas. Además Manet realizó el retrato de Zola en 1868 en un interior decorado con un biombo y una estampa de Kuniaki II, y casi 20 años más tarde, Van Gogh, fascinado con la técnica de los japoneses, pintará Père Tanguy (1887) sobre un fondo en el que aparecen estampas al estilo de Hiroshige, Hokusai y otros.  En los años siguientes, a medida que se difundió y se conoció con más profundidad la técnica de este arte, su influencia sobre los artistas de la época se fue haciendo más notable, sobre todo en Toulouse-Lautrec o los Nabis.
Manet, Retrato de Zola.
Kuniaki II, Luchador de Sumo


Van Gogh, Père Tanguy
 El origen y popularización de los grabados japoneses lo encontramos en la ciudad de Edo (Tokio en el siglo XVII). En esta ciudad algunos artistas, rechazando los viejos y rígidos cánones del arte oficial, buscaron nuevos lenguajes plásticos, más cercanos a la nueva democrática sociedad que estaba haciendo de Edo una metrópoli importante. Artistas como Hishikawa Moronobu (1631-1694) o Torii Kiyonobu (1664-1729) vieron en esta vida urbana temas que harían de ellos los primeros grandes maestros del ukiyo-e, al glorificar en su obra los pequeños placeres de la vida cotidiana. Ukiyo o “mundo flotante” es la definición japonesa de cierto estilo de vida. Según la descripción de Asai Ryoi, escritor del siglo XVII en su obra Leyendas del mundo flotante, se refiere a “vivir y gozar el momento con los encantos de la luna, la nieve, los almendros en flor y las hojas de otoño; disfrutar del vino, las mujeres y la música, dejándose llevar por la corriente de la vida”.

Hishikawa Moronobu. 
Torii Kiyonobu, Daifukuchu


Los artistas del ukiyo-e (la e equivale a la pintura) como cronistas de su época,  reflejaron en sus estampas escenas de teatro y de café, excursiones, paseos en barca por el rio, las ajetreadas calles y la vida de los habitantes en el interior de sus casas. Utamaro, Hiroshige y Hokusai enamoraron a Occidente con sus estampas de paisajes, de la vida diaria y de figuras femeninas, de gran delicadeza.


Utamaro, Moonlight revelry at Dozo Sagami 
Hokusai, La gran ola de Kanagawa










Hiroshige, Vista por la tarde de un templo en la colina. 



 Estos grabados, populares y de módico precio eran vendidos por las calles de las ciudades del antiguo Japón y por sus temas y tratamiento de la vida contemporánea iban a conectar estrechamente con los propósitos plásticos de los pintores impresionistas. Lo que llamó la atención de los artistas franceses fueron los aspectos formales de estos grabados, su calidad sintética y expresiva, delimitando delicadamente las figuras y objetos, la claridad de la luz, los colores lisos y planos, sin sombras ni modelado, el estudio del gesto detenido a medio camino como en la fotografía, la descentralización, la economía de los medios para expresar un tema, la capacidad para captar los cambios y los efectos de la atmósfera y los nuevos puntos de vista. También les llamó la atención el poco interés por la perspectiva, sugiriendo el espacio simplemente colocando unos objetos detrás de otros.
El marchante y crítico Thèodore Duret, que había realizado en 1873 una visita a Japón, declararía más tarde que los artistas del ukiyo-e fueron los “primeros y más perfectos impresionistas”.
Shunsho
Shunsho














Muchos de los maestros del ukiyo-e también practicaron el arte del shunga, cultivado por los grandes maestros japoneses entre 1600 y 1900, que mostraba escenas eróticas de forma explícita. Shunga significa literalmente “cuadros de primavera”, estación que se utiliza a menudo como eufemismo para aludir al acto sexual. Estos grabados fueron coleccionados en Europa por personalidades como Toulouse-Lautrec, Rodin o Picasso.

Katsushika Hokusai, Buceadora y pulpos o El sueño de la mujer del pescador.
Este género fue erradicado a principios del siglo XX por la estricta moral de Japón en esos momentos. La mayoría de las obras fueron creadas por artistas de la escuela ukiyo-e para exhibir el placer sexual en todas sus formas, mezclando en ocasiones le humor e inspirándose en la narrativa medieval japonesa.  Los avances en los métodos de impresión en el siglo XVII promovieron el shunga entre las clases medias emergentes, y pese a las grandes desigualdades de género, también entre una audiencia femenina.
Utamaro

Estas obras, al contrario de la Europa de aquel momento no trazaban una barrera moral entre arte y pornografía, y pese a que las estrictas leyes del confucianismo regían la vida oficial, no se entrometían en el ámbito privado.
Koryūsai

Kyosai

Hosoda Eishi

Las ilustraciones de shunga nacieron ajenas a cualquier censura y su prohibición formal en 1722 tampoco tuvo reflejo en la práctica. Seguían siendo distribuidas con libertad  por las redes nacionales de bibliotecas y las de prestamistas de libros, que no estaban reguladas. El cambio de actitud oficial a finales del siglo XIX y la introducción de un código penal que prohibía la difusión de material obsceno a principios del siglo XX acabaron erradicando el shunga. Su producción dejó de ser tolerada y sus propietarios terminaron escondiéndolos a la vez que este arte eran descubierto en Europa y EE.UU. Gracias al legado del médico y político George Witt, el Museo británico tiene desde 1865 una de las colecciones más importantes fuera de Japón. Este museo organiza actualmente una exposición  llamada Sexo y placer en el arte japonés hasta el 5 de enero. 
Para más información sobre esta exposición: 


lunes, 23 de diciembre de 2013

El séptimo arte y el impresionismo

EL SÉPTIMO ARTE "IMPRESIONARTEADO"

El cine y el impresionismo:

El séptimo arte nació en París hacia finales del XIX de manos de los célebres hermanos Lumière. Francia, la cuna del arte pionera del siglo, debía ser la cuna de esta nueva revolución como lo fue para la fotografía. El impresionismo había llegado a mediados del XIX, fraguándose en un caldo de cultivo de numerosos artistas y corrientes, donde destaca la influencia de la fotografía. Nuestra corriente se dilató hasta parte del XX, pero guardando su presencia en nuevos ismos como el puntillismo. Por lo que el momento culmen del impresionismo se podría decir que no coincide con el nacimiento del cine, por lo que no deberían guardar ninguna conexión. El objetivo de este apartado no es ligar histórica y temporalmente ambas artes, si no mostrar cómo el impresionismo apareció reflejado en algún film, que no tiene porque remontarse a los siglos XIX y XX, si no que puede ser bastante actual.

Sin embargo, primero haremos un breve recorrido sobre los films que hacen un saludo a nuestros artistas y nos intentan traer un breve panorama de sus vidas.

Películas en las que aparecen los pintores impresionistas:


Sacha Guitry fue un revolucionario e innovar cinematográfico francés, el cual en su obra “Ceux de chez nous” de 1915 nos muestra una perspectiva de los pintores franceses impresionistas que se relacionaban con su padre. Por lo que vemos a Monet, Renoir y Rodin, entre otros, siendo esta película un objeto interesante de mención por que Guitry realizó un magnifico trabajo de investigación sobre la figura de estos personajes. Se aprecia en las palabras textuales de nuestros pintores, las cuales obtuvo de las fuentes y proyecciones públicas. Por último, la máxima y revolucionara innovación se da con “la voz en off”, que Sacha Guitry comienza a introducir en los films en este preciso momento y en este trabajo de la sociedad francesa del XIX. El film era un tributo a la propia conciencia y mentalidad parisina, lo que creó las bases de bastantes arquetipos que aún nos llegan hoy en día, como por ejemplo los juicios de valor infundados como “El francés egocéntrico” o “Francia se autoposiciona superior a toda Europa”. Sin embargo, en realidad se trata de una obra reacción a los manifiestos alemanes del momento donde también se exaltaba la propia cultura germánica. Por lo que, una vez más, el ser humano juzga antes de tiempo, sin buscar los pilares del fundamento de sus argumentos. 

Monet pintando en Ceux de chez nous”
Aunque el cine ya cogió un tanto entrados en años a nuestros impresionistas, se conservan alguna toma que aún sin sonido, reflejan el carácter de algunos de ellos. Las más populares son las que anexamos a este escrito, unos minutos muy recomendables para acercarse a la figura de los mismos.



                      Películas a cerca de los impresionistas:
En este apartado destacaremos unas pocas de las muchas películas a cerca de la vida de los impresionistas o personajes muy influenciados por ella. La selección ha sido realizada por intereses propios y esperamos que sea del gusto del lector.
Cartel de la Película "Sed de Vivir" basada en la vida de Vincent Van Gogh

“Sed de Vivir” 1956, es una de estas películas que hace un recorrido sobre la vida de los impresionistas. En este caso del particular pintor Vincent Van Gogh, el cual catalogado impresionista, pero siempre marcado en un anexo a parte, debido a que su trayectoria fue tan trascendental y significativa que dejó mucho más que series impresionistas. La película marca un panorama sobre la tormentosa vida del artista, exponiendo algunas de sus obras, su bipolaridad, sus tendencias depresivas, arranques de locura, genialidad, estados de euforia y su suicido, así como la marcada relación con su hermano Teo.
Cartel promocional del film a cerca de la vida de Gauguin

Otra de las figuras a encuadrar en un marco un poco a parte del impresionismo, sería Gauguin, el cual sin duda se halló influenciado por nuestra corriente artística. “Gauguin: Diario de un Genio” se trata de un drama biográfico a cerca de la figura de este famoso pintor que dejó atrás su vida y valores europeos occidentales para abrazas la cultura vitalista y primitiva de Tahití que marcó y reflejó gran parte de su serie artística. 
Cartel promocional del film de Lautrec

“Lautrec” 1998, un film sobre la vida de este genial pintor y el ambiente parisino del momento, la enfermedad que sufrió y la bella historia de amor con Suzanne Valdon. De este film en particular cabe destacar lo bien que resalta los temas pictóricos preferidos por el artista, plasmándolos en la sociedad del momento y lo bien contextualizado que está desarrollado el ambiente tanto histórico como cronológico. 

                     Películas influenciadas por el impresionismo:

“Fantasía” de 1940 se trata de una película de Disney experimental sin diálogos donde Mickey Mouse dirige una orquesta de música clásica. El film está lleno de colorido, luces y mil matices artísticos. Puede que en un principio no parezca tener nada que ver con la corriente artística del impresionismo, pero esconde un secreto. La música es obra de Paul Dukas, autor de “L”Apprenti sorcier” lo que vendría a ser “El aprendiz de brujo” que se popularizó gracias a su aparición en este film. Se trata de una obra sinfónica perteneciente a la “música impresionista”: una corriente de finales del siglo XIX que toma el choque que produjo en la sociedad el impresionismo para buscar la libertad armónica y rítmica. Igual que artísticamente nuestra corriente reclamaba romper los cánones de la Academia y lo establecido, la música impresionista sigue sus pasos buscando la experimentación absoluta, donde destacan célebres como Debussy. Una de sus características que más le une al ámbito pictórico es la experimentación con el timbre, que busca causar diferentes sensaciones, igual que el impresionismo artístico buscaba diferenciarse de todo el clasicismo anterior.

                                          Aquí unas imágenes muy artísticas y propias del film:




Volviendo al film de fantasía, muchos autores denominarían la obra como “un puente entre las artes y una forma de presentar el arte, un nuevo medio de comunicación”. Fantasía se trata de la primera película de Disney que une la música, la animación y todo el colorido artístico del arte. El impresionismo está por ejemplo en el uso de los colores primarios sin mezclar, que se funden, aparecen y desaparecen, llueven sobre la escena y se vislumbran con pinceladas sueltas y uniformes. Igual aparecen figuras apenas desdibujadas, manchones color donde el dibujo carece de importancia, animaciones que corren y descorren diferentes batallas acompañadas de la libertad musical.  

Más allá de los sueños: la película que trae consigo un mundo plagado y labrado por y de pintura:






 “Más allá de los sueños” 1998. Se trata de un drama familiar que encuadra múltiples escenas en mundos de ensueño pictóricos. Estos mundos están básicamente hechos de pintura, y se desdibujan como paisajes poco nítidos, apenas esbozados, que muchas veces nos recuerdan a los cuadros impresionistas. Pero, sin duda, mucho más coloridos. Los escenarios, la sociedad y el tema encuadran difícilmente con nuestra corriente artística, pero hay ciertos momentos en los que los paisajes parecen haber sido pintados por una paleta de nuestros artistas del XIX, y solo por ello, merecía esta leve mención.

Con este último film finalizamos el apartado, esperamos que haya sido de su gusto y sobre todo que hoy haya descubierto un poco más sobre el impresionismo y ante todo de forma ligera y divertida!, saludos cordiales y no deje de leernos, siempre puedes irte a la cama habiendo aprendido algo nuevo!
Por Fernando Malta Avis a 23/12/2013


domingo, 22 de diciembre de 2013

Renoir




Renoir nació en 1841 en el seno de una familia humilde. Su padre era sastre y su madre era costura. A Renoir siempre le intereso la pintura y cuando era joven se hizo con el material necesario para pintar al óleo y así comenzó a realizar sus primeros retratos. A una edad muy joven marcho a París con su familia donde pudo ingresar en la Academia de bellas arte en el taller Charles Gleyre. Allí se encontró con Monet, Sisley y Bazille. Que con el tiempo se hicieron buenos amigos y  solían pintar al aire libre en los diferentes parques de París.

En las pinturas de Renoir se intuye la influencia que tuvieron Delacroix, Ingres y Manet en él. De hecho, en toda la vida pictórica de Renoir encontramos que hay diversas fases como una donde se nota la supremacía del dibujo sobre el color. No obstante, Renoir se interesó como nadie del grupo de los impresionistas (quizás solo Degas le supera en ese aspecto) en la sensualidad, sobre todo en las mujeres y el mundo propio del s XVIII. Pues cuando era joven le encantaba ir al Louvre y allí se dejó influir por los trabajos que Delacroix había realizado. Así mismo, cuando visito el salón de los rechazados inaugurado por Napoleón III supo apreciar la nueva tendencia que surgía ligada a la persona de Manet.

Al igual que todos los impresionistas en sus comienzos su gama cromática se aclaró al igual que la técnica no era la misma. Al principio se alejó de las influencias de Coubert y el propio Manet para poder experimentar el por su cuenta y con su labor le podemos incluir claramente en el grupo de los impresionistas. En los numerosos óleos que pinto podemos apreciar que sus libres y pequeñas pinceladas, en ocasiones yuxtapuestas, a base de colores complementarios, puesto que lo que quería evitar era la regia composición que se venía arrastrando desde hace años. Renoir supo como nadie manejar las pinceladas y por ello muchas de sus obras relucen con un brillo casi céreo apartándose de la plasticidad característica de algunos impresionistas. Esta constituiría la primera etapa. 



Charles le coeur en un jardín (1874)



Sendero en cuesta entre la hierba (1874)


















En cuanto a la segunda, se aleja de los principios del impresionismo y le da mayor importancia a la línea y al dibujo frente al color aunque no por ello pierde esa gran ejecución que caracterizo sus cuadros. En el cuadro el almuerzo de los remeros se empieza a vislumbrar ese cambio en la composición y la técnica, pues vemos que ciertas partes del cuerpo de algunos personajes se resaltan o se perfilan con un mayor detalle. Tras su viaje  Italia, que se considera transcendental pues tras el mismo volvió a recuperar el dibujo y aprender a pintar como él mismo reconoció más tarde según las fuentes. Un claro ejemplo de ese cambio en la técnica lo vemos en las bañistas donde podemos apreciar que fija más su atención en la composición y en el volumen que antaño. De hecho, lo único que nos remitiría al impresionismo es el fondo donde sí se aprecia una pincelada más suelta. así mismo hay que destacar Los paraguas donde vemos un mayor dominio de la linea y el dibujo que de la pincelada suelta y grácil que era propia del grupo impresionista. 
Los paraguas (1881-5)



Las Bañistas (1884-7)





Tras esto, vino la tercera etapa donde se produce una vuelta a los principios impresionistas dejando de lado la importancia por el dibujo aunque no del todo, pero sí dando una mayor importancia en sus composiciones al dibujo. Pues ante todo, lo que destaca su obra, es que Renoir sabía emplear los colores como ningún otro y también se dedicó a experimentar con la luz para saber cual era la mejor forma de plasmarla sobre el cuerpo como vemos en mujer desnuda al sol que pertenecería a una etapa anterior, algo que siempre le obsesiono. 



Bañistas (1918)

Mujer desnuda al sol (1876)




Como hemos podido ver Renoir se interesa por la figura humana, su volumen y su movimiento alejándose en algunas ocasiones de lo que representa el Impresionismo. Sin embargo, en sus obras más impresionistas podemos observar los principios de captación de a luz y el momento caracterizadas con una pincelada suave y espontánea como en los siguientes cuadros: 
El almuerzo de los remeros (1881) óleo sobre lienzo
  
Le Moulin de la Galette (1876) óleo sobre lienzo





Carmen Álvaro Bizarro

lunes, 9 de diciembre de 2013

La Fotografía y el Impresionismo.



La fotografía surge en la década de los años treinta del siglo XIX. En un principio lo más los contemporáneos a sus inicios concluyeron que iba a ser el fin para la pintura, pero lejos de este mal presagio la fotografía ayudo a muchos artistas de esta época a reflejar la realidad en sus cuadros ahorrándoles muchos procesos previos a la realización de la obra. Actualmente cuando un artista, que no tiene porque ser un profesional, tiene la idea de ir a realizar un cuadro, lo primero que hace es abrir una revista, y viendo las fotos tomar ideas, se convierte en una fuente de inspiración sin tener que salir de su propio estudio. Esto es un claro ejemplo de que la fotografía finalmente fue un impulso para los artistas y no su fin. 

Todos los campos artísticos de la época y todos los estilos, corrientes o autores, se vieron influenciados por la fotografía. El impresionismo y la fotografía comparten una idea básica, la intención de captar un momento, no buscan crear una imagen narrativa, si no representar lo que esta pasando en ese instante. Los impresionistas pintan escenas que son instantes que ellos han experimentado o han podido ver con sus propios ojos.

Carreras de Caballos. Antes de la Salida. Edgar Degas, 1862. Óleo sobre lienzo. Museo de Orsay, París.

Sin embargo el impresionismo no se fijo en lo preciso, realista y exacto que puede ser una fotografía, si no en sus defectos. Cogió los fallos de las fotografías, como el desenfoque, las fotografía borrosas, y las utilizó para sus cuadros. También se aprovechó de las limitaciones de la fotografía de la época, como la imposibilidad de plasmar objetos en movimiento, y explotó esta carencia. Plasma figuras borrosas y a partir de ellas simula el movimiento.

También utilizaron otros recursos de la fotografía como el “encuadre selectivo”, desplazar el punto de referencia del cuadro hacia uno de los laterales, y así hacer que el espectador se sienta parte de la pintura. El centro de la obra quedaba vacío y a esto se le añadía que también podían cambiar el punto de enfoque, ya no tenían que representar las escenas desde el frente si no que podían cambiar los ángulos de enfoque.

La Estrella. Edgar Degas, 1878. Pastel y acuarela sobre papel. Gatty Center, Los Ángeles.

Todo esto nos da como resultado unos cuadros con composiciones asimétricas, que simulan el movimiento a través de la representación de figuras borrosas y que buscan captar un momento, un instante, no buscan trasmitir una historia si no una situación concreta.

Impresión, sol naciente. Claude Monet, 1872. Óleo sobre lienzo. Musée Marmottan Monet, París.

La influencia de la fotografía en el impresionismo nos muestra como éste llego a ser un movimiento de vanguardia, rupturista, que podía enfrentarse a otras corrientes. Toma los fallos y carencias de la fotografía y los hace suyos para poder aprovecharse de ellos. Se rebela contra lo que podía quitarle el protagonismo, era previsible que la forografía acabase con la pintura pero hay que agradecer a los pintores impresionista la capacidad de reacción que tuvieron ante esta situación y como pudieron aprovecharse de ella “salvando a la pintura”.

Londres, el parlamento. Banquete de sol en la niebla. Claude Monet, 1904. Óleo sobre lienzo. Museo de Orsay, París.


Carlota Álvarez Maylín.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Los Macchiaioli



Los Macchiaioli:

Luis Quiñones García.

            ¿Fue el grupo de impresionistas franceses el primero de su estilo? ¿Hubo algún precedente dentro de la renovación artística europea de mediados del XIX? ¿Qué similitudes guardaban con otros grupos contemporáneos o anteriores? ¿Se puede hablar de realismo impresionista italiano? Gracias a la exposición que, bajo el titulo Macchiaioli, realismo impresionista italiano, puede verse en la fundación Mapfre la respuesta a todas estas cuestiones puede ser esclarecida.

            En torno a 1852 surge en Florencia un grupo de artistas que durante sus reuniones en el café Michelangiolo deciden emprender una renovación de la pintura académica, en la cual se habían formado. Durante sus discusiones sobre pintura y política se configuran como unos firmes defensores de la modernidad, de un nuevo modo de concebir el arte, muy influido por la fotografía, y en general la nueva Italia, que comenzaba a buscar su unificación e independencia de los austriacos. Será un grupo que trabara amistad y se congregará en torno al crítico y mecenas Diego Marelli, en cuya hacienda trabajarán de manera conjunta con el fin de estudiar la riqueza cromática de la campiña toscana.

            Es precisamente esta pintura al aire libre una de las principales señas de identidad del grupo. Al igual que las manchas de color fuertemente contrastadas que marcaban los claroscuros del paisaje y que llevaron a que algunos críticos les denominaran peyorativamente como macchiaioli. Por lo general su producción se basaba en obras de reducido tamaño en las que se representaban paisajes, escenas campestres o retratos de la burguesía. Al igual que más adelante harán los impresionistas franceses estos jóvenes artistas se interesaran profundamente por las nuevas investigaciones del color y la luz. Se eliminan mediante estos valores las habituales perspectivas escenográficas y el realismo social, en favor de una concepción mucho más poética y sentimental de la vida y el paisaje rural. No obstante estas innovaciones no ocultan ciertas características profundamente arraigadas en la tradición italiana desde el Treccento y Quatroccento como el formato apaisado o el empleo de la madera como soporte.



 Aguadoras de Livorno, Giovani Fattori

            Las guerras contra Austria y por la unificación abren un nuevo periodo para el grupo ya que muchos de ellos se alistan como voluntarios en el ejército nacionalista Italiano participando en diversas campañas y conflictos en favor de la unidad. La retorica belicista permea en su arte y se generalizan las representaciones bélicas y gloriosas en las que se muestra a los combatientes y a los mártires, en una imagen plástica del Risorgimento italiano. Pasados los momentos de exaltación patriótica la mayoría de los artistas se asientan en el pueblo de Piagentina, donde se centraran en el retrato de la intelectualidad burguesa con obras que jugaran con la espontaneidad del posado para superar las normas clásicas. En este momento final de la década de 1860 se hace aun más patente la influencia renacentista, ya que con su recuperación pretendían dar una base solida para un futuro arte nacional en el que tampoco se debería renunciar a los valores lumínicos de la nueva pintura.

       De Guardia,  Giovani Fattori

          Los paralelismos con el posterior grupo de los impresionistas del café Guerbois son fácilmente apreciables, desde el lugar de sus reuniones hasta la experimentación de la luz y el color, pasando por la temática basada en los paisajes al aire libre. Por estas razones los macchiaioli han sido considerados en muchas ocasiones como un precedente poco difundido de la pintura impresionista, o al menos un grupo de gran influencia en ella. De hecho la influencia de estos artistas italianos, entre los que encontramos a Giovanni Fattori, Telemaco Signorini, Odoacro Borrani o Cristiano Banti, no debe reducirse a la renovación pictórica francesa sino que puede ser rastrada en la obra de pintores españoles como Mariano Fortuny (también presente en la exposición de la fundación Mapfre).


 La Visita, Silvestro Lega
Bibliografía: