¿Cómo
surgió el Impresionismo?
El
Impresionismo surgió como una nueva corriente distinta a lo establecido. El
punto de partida lo constituye Monet con Impresión,
Amanecer (1873) que mostró en una exposición junto a otros artistas que
conformaban el grupo “Pintores, Escultores, Grabadores, etc. S. A.” La obra en
sí nos muestra los cambios que se fueron fraguando en épocas anteriores como
esos efectos atmosféricos pasajeros que estaban estrechamente ligados con la
tecnología de la época.
Monet Impresión, Amanecer (1873) |
El
grupo de aristas que conformarían la corriente impresionista los encontramos
divididos en dos grandes grupos en relación al lugar donde desarrollaron su
carrera. Por una parte tenemos el grupo que perteneció a la Académie Suisse
como Monet Pissarro y Cézanne. Por el otro lado tenemos a aquellos artistas
ligados al estudio de Charles Gleyre en el École de Beaux-Arts entre los que
encontramos a Renoir, Sisley y Bazille.
Todos
ellos estaban en contra de la formación clásica y conservadora impuesta por las
distintas instituciones. Estaban a favor de un nuevo estilo más centrado en los
paisajes de un modo impreciso y atrevido. En realidad, los impresionistas de
alguna forma fueron una especie de revolucionarios al no seguir las normas
establecidas para el arte, ya que para poder triunfar los artistas de la época
tenían que subordinarse a los presupuestos artísticos que regían en este
momento. Sin embargo, durante el Segundo Imperio, Napoleón III llevo a cabo una
estrategia propagandística y permitió que el Salon no estuviera tan dominado por el clasicismo; de esta forma se
expusieron por igual las obras que seguían las normas establecidas como las que
no. Aunque esto último, no evito las duras críticas que recibían las obras de
los impresionistas.
Los
factores clave que caracterizan al Impresionismo es la representación de
escenas de la vida ya sea bien en un paisaje rural como moderno con ese toque
impreciso y abocetado. Pero no sólo eso, los impresionistas se caracterizaban
por realizar sus obras al aire libre pues según ellos lo importante era captar
el instante de lo que veían y plasmarlo en sus lienzos.
Aspectos
técnicos y artísticos
Quizás
el aspecto que más repercusiones tuvo en el Impresionismo fue la sustitución
del modo de ver, es decir, desde
hace tiempo venía rigiendo la visión monocular y estática propia de épocas como
el Renacimiento. Pero ahora con las nuevas tecnologías como el ferrocarril supusieron
un nuevo modo de ver basado en contornos imprecisos debido a la velocidad. Lo
que no muestra que tanto la realizad como la naturaleza de las cosas es
subjetiva dependiendo del modo en que la veamos.
Así
pues, otro desarrollo innovador fue la fotografía
que surgió en 1839 de la mano de Daguerre quien inventó la máquina fotográfica.
La fotografía en ocasiones ha sido complemento de la pintura y en otras un
rival. La fotografía ayudo a comprender aún más la captación de momentos
fugaces con lo que está íntimamente relacionado con el modo de ver y ello podía
restar protagonismo a las pinturas que estuviesen orientadas a la captación de
momentos fugaces. No obstante, la fotografía en sus primeros momentos era en
blanco y negro lo cual representaba una ventaja para los pintores pues podían
centrarse en los colores y en la libertad de movimiento.
Otros
dos apoyos fundamentalmente estéticos que sirvieron al Impresionismo a ir
cogiendo forma fueron: las estampas
japonesas y la concepción oriental
de la perspectiva. Está última hace referencia a que ya no hay un único
punto de fuga por lo que las composiciones pueden mezclarse arbitrariamente.
Además, se dan cambios importantes en la organización de las composiciones
artísticas sobre todo en los encuadres.
Renoir, Monet pintando en su jardín en Argenteuil (1873) |
Tampoco
hay que olvidar otro aspecto anteriormente mencionado que es la pintura al aire libre. Para el
impresionista era muy importante poder captar ese momento fugaz unido a las
sensaciones y emociones que el paisaje le transmitía. Un punto básico para el
impresionista era la luz que se
encuentra relacionado con pintar al aire libre, pues un mismo objeto podía
representarse de maneras distintas al igual que transmitir diferentes emociones
dependiendo de la luz. Por lo tanto, esto nos muestra que la realidad es muy
relativa y depende íntegramente del momento en el que el artista capta esa
realidad. Un claro ejemplo de la importancia de la luz en la captación del
momento lo encontramos de la mano de Monet con la Catedral de Rouen.
Monet, Catedral de Rouen (1894) |
Monet, Catedral de Rouen (1894) |
Renoir, La Grenouillère (1868) |
En
relación al color, este a principios
del siglo XIX no es que contara con un gran abanico cromático, pues recordemos
que lo que seguía predominando frente al color era la línea, una característica
propia del Neoclasicismo, plasmada en multitud de ocasiones en la importancia
del dibujo frente a la forma. De hecho, los impresionistas disuelven los
contornos con el fin de mostrar ese momento fugaz e impreciso que los
caracteriza. Sin embargo, un aspecto clave para entender la paleta multicolor
que empleaban los impresionistas es la aplicación de esos colores según la
teoría de un químico llamado Chevreul sobre la ley del contraste.
Esta
ley venía a decir que sólo existían tres colores primigenios (azul, rojo y
amarillo) y que mezclándolos se obtendrían tres secundarios (violeta, verde y
naranja). Los impresionistas en vez de mezclar los colores en sus paletas y
después aplicarlo sobre el lienzo lo que hicieron fue algo más ingenioso.
Ponían los colores uno junto a otro sin que se mezclaran del todo para que
fuera la retina del espectador la que terminara de completar la visión de los
mismos. La
repercusión de esto fue que se terminó por eliminar el negro ya que no es un
color natural y se sustituyó por otros colores; a su vez, esto hizo que se
eliminara en gran media la sensación de claroscuro.
La
técnica que utilizan los
impresionistas es suelta y ligera, la pincelada pequeña y vigorosa, en
ocasiones pastosa y en otras totalmente diluida. Utilizaban esta técnica porque
era la más adecuada para la rapidez con la que tenían que realizar sus obras en
base a la captación del momento.
Morisot, Eugène Monet en la isla de Wight (1875) |
Pissarro, Huerta en L'Hermitage, Pontoise (1874) |
Su
legado
El
legado de los impresionista está vinculado a los aspectos anteriormente
explicados como por ejemplo el color. Los impresioncitas supieron ganar esa
libertad que anteriormente se había perdido; en épocas anteriores el color que
se utilizaba para dar sombras y crear sugestivos efectos de claroscuro era el
negro peor con la corriente impresionista se empezaron a utilizar otros colores
para las sombras. Antes la sombra era concebida siempre como un color más
oscuro al que se estaba utilizando pero con los impresionistas se pudo
comprender que en las sombras también hay color.
Monet, El Gran Canal, Venecia (1908) |
Hay
que tener en cuenta que el aspecto de la pincelada espontánea, breve y suelta
no sólo tiene lugar en el Impresionismo y por eso mismo no es un elemento
definitorio de este tipo de arte aunque a veces se le considera como tal.
Sin
embargo, el mayor logro del Impresionismo fue deshacerse de todos esos convencionalismos
que habían sido impuestos en las diferentes instituciones artísticas y que
supusieron el camino hacia nuevos métodos y técnicas.
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