jueves, 24 de octubre de 2013

CAMILLE CLAUDEL.


A LA SOMBRA DE LOS GRANDES ÁRBOLES NO NACE NADA. 



Esta frase, pronunciada por Constantin Brancusi al negarse a entrar en el taller de Auguste Rodin, parece muy apropiada a la hora de hablar de Camille Claudel, cuyo reconocimiento como artista estuvo siempre basado en su relación con dos personajes masculinos muy importantes: su hermano Paul Claudel,  uno de los mejores escritores en lengua francesa de su tiempo, y el propio Rodin, su maestro y amante.

Camille Claudel nació en 1864 en una familia pequeñoburguesa que pudo permitirle satisfacer su pasión por la escultura, trasladándose a París para que pudiese entrar en la Academie Colarossi, una de las pocas que admitían a mujeres. De esta etapa de su vida destacan los bustos que realiza de personas anónimas, con rasgos muy realistas, y los bustos que realiza de familiares, destacando el de su hermano, caracterizado como un joven romano. Lo más destacable de estas representaciones es la fuerza y la expresión.
Sakountala
En 1882 conoce a Rodin, casado, promiscuo y veinticuatro años mayor que ella. Este encuentro será decisivo en la vida de ambos artistas que comienzan una relación tan apasionada como atormentada, terminándola diez años más tarde.
El periodo que pasa trabajando en el taller de Rodin es un periodo de formación y creación, donde destaca la representación del cuerpo y la expresión de los rostros. De estos momentos destaca el busto de Rodin, que se convertiría en la imagen del escultor, y Sakountala, su primera gran obra, inspirada en la mitología india, donde destaca la composición.

La relación con su maestro puede verse en el desarrollo de algunas obras de Claudel, sobre todo en L’âge mûr (o La destinée), donde representa a un hombre adulto siendo atraído por una mujer mayor, mientras que una joven arrodillada intenta retenerle. Su hermano Paul Claudel escribió de esta obra:

“¡No, que esa muchacha desnuda es mi hermana! Mi hermana Camille. Implorante, humillada, arrodillada, esa soberbia, esa orgullosa, así es como se ha representado a sí misma. ¡Implorante, humillada, arrodillada y desnuda!” 

Esto hace que se piense que es una representación de Rodin abandonando a Claudel por su amante,  Rose Beuret, con quien se casó en 1917.
L'âge mur o La destinèe

La causa de la ruptura de esta relación, aparte de los motivos sentimentales, fue su fuerte personalidad, que no aceptó quedar bajo la sombra de Rodin. En su tiempo incluso la acusaron de plagiarle, aunque obras como Perseo y la Gorgona, de estilo clásico, completamente diferente al de este, demuestran que ella tenía su estilo propio.

A partir de 1893, cuando abandona a Rodin, empieza a tener dificultades para conseguir fondos, aunque las ayudas encubiertas de este y de otros admiradores le permitieron seguir trabajando.
Sello francés con la imagen de La Valse
Este periodo es un periodo de gran creatividad, con escenas de humor y obras de pequeño tamaño. Destaca su obra La Valse y sus variaciones, con diferencias ínfimas que modifican su percepción o interpretación ligeramente. Esto, unido a los distintos materiales que utiliza en cada versión, que se puede comparar con las variaciones sobre la Catedral de Rouen que realiza Monet, muestra las investigaciones que realizaba para perfeccionar su obra.

Una de las mayores preocupaciones de Claudel era el destino, la determinación de futuro. Esto se ve en los retratos de niños, con rasgos aún sin definir, que muestran un destino desconocido, con todas las posibilidades de la vida futura

A principios del siglo XX deja de crear y esculpir debido a su demencia progresiva y a su situación de aislamiento del mundo. En este estado destruyó muchas de sus obras durante un ataque de locura.
Finalmente en 1913, tras la muerte de su padre, su familia la interna en un asilo. Durante el avance nazi en Francia los internos de este asilo fueron trasladados a otro, en Vaucluse, donde 30 años después fallecería. Se consideraba que tenía manía persecutoria y delirios de grandeza.

En definitiva, se puede considerar a Claudel como una artista rodiniana por los aspectos impresionistas de algunas de sus obras, pero se separa de su maestro y mantiene un vínculo con la antigüedad clásica, buscando la composición, la policromía y la artesanía.

            Para concluir solo queda señalar el contexto en el que Claudel desarrolla su producción artística, en un momento en el que se pensaba que las verdaderas mujeres no sentían necesidad real de liberarse, y las mujeres que comenzaban a realizar actividades propias de los hombres se virilizaban. La escultura y la pintura eran actividades de hombres, y las mujeres luchaban para ser consideradas artistas al igual que los ellos.
Claudel solo fue tomada como la discípula de Rodin, y jamás se consideró su valor como creadora independiente.
Tristemente la importancia que años más tarde se le dio estuvo más relacionada con los tópicos del desamor destructor, la automarginación de la sociedad y el vínculo entre la creación y la locura que con su talento como escultora, aunque al conocer más de ella es imposible no tener en cuenta estos aspectos.

            Este mes se cumplen 70 años de su muerte, y el Musèe Rodin ha realizado una exposición con 22 obras de la colección del museo y donadas de la colección de su hermano Paul Claudel para homenajear a esta artista.

Para más información sobre la exposición:

Carmen Grijalba Peña.
           

           

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