sábado, 26 de octubre de 2013

EL IMPRESIONISMO


¿Cómo surgió el Impresionismo?


El Impresionismo surgió como una nueva corriente distinta a lo establecido. El punto de partida lo constituye Monet con Impresión, Amanecer (1873) que mostró en una exposición junto a otros artistas que conformaban el grupo “Pintores, Escultores, Grabadores, etc. S. A.” La obra en sí nos muestra los cambios que se fueron fraguando en épocas anteriores como esos efectos atmosféricos pasajeros que estaban estrechamente ligados con la tecnología de la época.
Monet Impresión, Amanecer (1873)

El grupo de aristas que conformarían la corriente impresionista los encontramos divididos en dos grandes grupos en relación al lugar donde desarrollaron su carrera. Por una parte tenemos el grupo que perteneció a la Académie Suisse como Monet Pissarro y Cézanne. Por el otro lado tenemos a aquellos artistas ligados al estudio de Charles Gleyre en el École de Beaux-Arts entre los que encontramos a Renoir, Sisley y Bazille.

Todos ellos estaban en contra de la formación clásica y conservadora impuesta por las distintas instituciones. Estaban a favor de un nuevo estilo más centrado en los paisajes de un modo impreciso y atrevido. En realidad, los impresionistas de alguna forma fueron una especie de revolucionarios al no seguir las normas establecidas para el arte, ya que para poder triunfar los artistas de la época tenían que subordinarse a los presupuestos artísticos que regían en este momento. Sin embargo, durante el Segundo Imperio, Napoleón III llevo a cabo una estrategia propagandística y permitió que el Salon no estuviera tan dominado por el clasicismo; de esta forma se expusieron por igual las obras que seguían las normas establecidas como las que no. Aunque esto último, no evito las duras críticas que recibían las obras de los impresionistas.

Los factores clave que caracterizan al Impresionismo es la representación de escenas de la vida ya sea bien en un paisaje rural como moderno con ese toque impreciso y abocetado. Pero no sólo eso, los impresionistas se caracterizaban por realizar sus obras al aire libre pues según ellos lo importante era captar el instante de lo que veían y plasmarlo en sus lienzos.

Aspectos técnicos y artísticos

Quizás el aspecto que más repercusiones tuvo en el Impresionismo fue la sustitución del modo de ver, es decir, desde hace tiempo venía rigiendo la visión monocular y estática propia de épocas como el Renacimiento. Pero ahora con las nuevas tecnologías como el ferrocarril supusieron un nuevo modo de ver basado en contornos imprecisos debido a la velocidad. Lo que no muestra que tanto la realizad como la naturaleza de las cosas es subjetiva dependiendo del modo en que la veamos.

Así pues, otro desarrollo innovador fue la fotografía que surgió en 1839 de la mano de Daguerre quien inventó la máquina fotográfica. La fotografía en ocasiones ha sido complemento de la pintura y en otras un rival. La fotografía ayudo a comprender aún más la captación de momentos fugaces con lo que está íntimamente relacionado con el modo de ver y ello podía restar protagonismo a las pinturas que estuviesen orientadas a la captación de momentos fugaces. No obstante, la fotografía en sus primeros momentos era en blanco y negro lo cual representaba una ventaja para los pintores pues podían centrarse en los colores y en la libertad de movimiento.

Otros dos apoyos fundamentalmente estéticos que sirvieron al Impresionismo a ir cogiendo forma fueron: las estampas japonesas y la concepción oriental de la perspectiva. Está última hace referencia a que ya no hay un único punto de fuga por lo que las composiciones pueden mezclarse arbitrariamente. Además, se dan cambios importantes en la organización de las composiciones artísticas sobre todo en los encuadres.

Renoir, Monet pintando en su jardín en Argenteuil (1873)
Tampoco hay que olvidar otro aspecto anteriormente mencionado que es la pintura al aire libre. Para el impresionista era muy importante poder captar ese momento fugaz unido a las sensaciones y emociones que el paisaje le transmitía. Un punto básico para el impresionista era la luz que se encuentra relacionado con pintar al aire libre, pues un mismo objeto podía representarse de maneras distintas al igual que transmitir diferentes emociones dependiendo de la luz. Por lo tanto, esto nos muestra que la realidad es muy relativa y depende íntegramente del momento en el que el artista capta esa realidad. Un claro ejemplo de la importancia de la luz en la captación del momento lo encontramos de la mano de Monet con la Catedral de Rouen.



Monet, Catedral de Rouen (1894)

Monet, Catedral de Rouen (1894)






















Renoir, La Grenouillère (1868)
En relación al color, este a principios del siglo XIX no es que contara con un gran abanico cromático, pues recordemos que lo que seguía predominando frente al color era la línea, una característica propia del Neoclasicismo, plasmada en multitud de ocasiones en la importancia del dibujo frente a la forma. De hecho, los impresionistas disuelven los contornos con el fin de mostrar ese momento fugaz e impreciso que los caracteriza. Sin embargo, un aspecto clave para entender la paleta multicolor que empleaban los impresionistas es la aplicación de esos colores según la teoría de un químico llamado Chevreul sobre la ley del contraste.

Esta ley venía a decir que sólo existían tres colores primigenios (azul, rojo y amarillo) y que mezclándolos se obtendrían tres secundarios (violeta, verde y naranja). Los impresionistas en vez de mezclar los colores en sus paletas y después aplicarlo sobre el lienzo lo que hicieron fue algo más ingenioso. Ponían los colores uno junto a otro sin que se mezclaran del todo para que fuera la retina del espectador la que terminara de completar la visión de los mismos. La repercusión de esto fue que se terminó por eliminar el negro ya que no es un color natural y se sustituyó por otros colores; a su vez, esto hizo que se eliminara en gran media la sensación de claroscuro.

La técnica que utilizan los impresionistas es suelta y ligera, la pincelada pequeña y vigorosa, en ocasiones pastosa y en otras totalmente diluida. Utilizaban esta técnica porque era la más adecuada para la rapidez con la que tenían que realizar sus obras en base a la captación del momento.

Morisot, Eugène Monet en la isla de Wight (1875)
Y por último, en cuanto a la temática, contaban con temas cotidianos reflejo no tanto de la sociedad del momento sino de su entorno. Podemos encontrar representaciones de paisajes diversos, vistas urbanas, de ferrocarriles así como de sus estaciones, de bailes, retratos, momentos íntimos, etc.




Pissarro, Huerta en L'Hermitage, Pontoise (1874)














Su legado

El legado de los impresionista está vinculado a los aspectos anteriormente explicados como por ejemplo el color. Los impresioncitas supieron ganar esa libertad que anteriormente se había perdido; en épocas anteriores el color que se utilizaba para dar sombras y crear sugestivos efectos de claroscuro era el negro peor con la corriente impresionista se empezaron a utilizar otros colores para las sombras. Antes la sombra era concebida siempre como un color más oscuro al que se estaba utilizando pero con los impresionistas se pudo comprender que en las sombras también hay color.

Monet, El Gran Canal, Venecia (1908)
Hay que tener en cuenta que el aspecto de la pincelada espontánea, breve y suelta no sólo tiene lugar en el Impresionismo y por eso mismo no es un elemento definitorio de este tipo de arte aunque a veces se le considera como tal.



Sin embargo, el mayor logro del Impresionismo fue deshacerse de todos esos convencionalismos que habían sido impuestos en las diferentes instituciones artísticas y que supusieron el camino hacia nuevos métodos y técnicas.




Carmen Álvaro Bizarro


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