sábado, 28 de diciembre de 2013

Las Estampas Japonesas y el Impresionismo.


Junto con la fotografía, las estampas japonesas fueron una gran influencia en el desarrollo de la pintura impresionista. Los primeros grabados japoneses, realizados en madera, llegaron a Europa gracias a la apertura de los puertos japoneses en marzo de 1854, tras permanecer cerrados durante más de doscientos años, al comercio con Occidente. En los años siguientes el interés por la cultura oriental creció: en 1861 el barón de Chassirons publica Notes sur le Japon, la Chine et l’Indie, 1858-1860, el primer libro en francés que reproduciría fascines de las obras de Hokusai; en 1862 en la Exposición Universal de Londres se pudieron ver por primera vez en Europa libros y grabados japoneses y en París, en la rue de Rivoli se inauguraba la boutique de Mme. Desoye, especializada en objetos importados de extremo oriente.
Whistler, Capricho en púrpura y oro nº2: el biombo dorado
Estos grabados japoneses tuvieron un efecto inmediato en los artistas impresionistas. Manet  y T. Rousseau eran algunos de sus coleccionistas. Además Manet realizó el retrato de Zola en 1868 en un interior decorado con un biombo y una estampa de Kuniaki II, y casi 20 años más tarde, Van Gogh, fascinado con la técnica de los japoneses, pintará Père Tanguy (1887) sobre un fondo en el que aparecen estampas al estilo de Hiroshige, Hokusai y otros.  En los años siguientes, a medida que se difundió y se conoció con más profundidad la técnica de este arte, su influencia sobre los artistas de la época se fue haciendo más notable, sobre todo en Toulouse-Lautrec o los Nabis.
Manet, Retrato de Zola.
Kuniaki II, Luchador de Sumo


Van Gogh, Père Tanguy
 El origen y popularización de los grabados japoneses lo encontramos en la ciudad de Edo (Tokio en el siglo XVII). En esta ciudad algunos artistas, rechazando los viejos y rígidos cánones del arte oficial, buscaron nuevos lenguajes plásticos, más cercanos a la nueva democrática sociedad que estaba haciendo de Edo una metrópoli importante. Artistas como Hishikawa Moronobu (1631-1694) o Torii Kiyonobu (1664-1729) vieron en esta vida urbana temas que harían de ellos los primeros grandes maestros del ukiyo-e, al glorificar en su obra los pequeños placeres de la vida cotidiana. Ukiyo o “mundo flotante” es la definición japonesa de cierto estilo de vida. Según la descripción de Asai Ryoi, escritor del siglo XVII en su obra Leyendas del mundo flotante, se refiere a “vivir y gozar el momento con los encantos de la luna, la nieve, los almendros en flor y las hojas de otoño; disfrutar del vino, las mujeres y la música, dejándose llevar por la corriente de la vida”.

Hishikawa Moronobu. 
Torii Kiyonobu, Daifukuchu


Los artistas del ukiyo-e (la e equivale a la pintura) como cronistas de su época,  reflejaron en sus estampas escenas de teatro y de café, excursiones, paseos en barca por el rio, las ajetreadas calles y la vida de los habitantes en el interior de sus casas. Utamaro, Hiroshige y Hokusai enamoraron a Occidente con sus estampas de paisajes, de la vida diaria y de figuras femeninas, de gran delicadeza.


Utamaro, Moonlight revelry at Dozo Sagami 
Hokusai, La gran ola de Kanagawa










Hiroshige, Vista por la tarde de un templo en la colina. 



 Estos grabados, populares y de módico precio eran vendidos por las calles de las ciudades del antiguo Japón y por sus temas y tratamiento de la vida contemporánea iban a conectar estrechamente con los propósitos plásticos de los pintores impresionistas. Lo que llamó la atención de los artistas franceses fueron los aspectos formales de estos grabados, su calidad sintética y expresiva, delimitando delicadamente las figuras y objetos, la claridad de la luz, los colores lisos y planos, sin sombras ni modelado, el estudio del gesto detenido a medio camino como en la fotografía, la descentralización, la economía de los medios para expresar un tema, la capacidad para captar los cambios y los efectos de la atmósfera y los nuevos puntos de vista. También les llamó la atención el poco interés por la perspectiva, sugiriendo el espacio simplemente colocando unos objetos detrás de otros.
El marchante y crítico Thèodore Duret, que había realizado en 1873 una visita a Japón, declararía más tarde que los artistas del ukiyo-e fueron los “primeros y más perfectos impresionistas”.
Shunsho
Shunsho














Muchos de los maestros del ukiyo-e también practicaron el arte del shunga, cultivado por los grandes maestros japoneses entre 1600 y 1900, que mostraba escenas eróticas de forma explícita. Shunga significa literalmente “cuadros de primavera”, estación que se utiliza a menudo como eufemismo para aludir al acto sexual. Estos grabados fueron coleccionados en Europa por personalidades como Toulouse-Lautrec, Rodin o Picasso.

Katsushika Hokusai, Buceadora y pulpos o El sueño de la mujer del pescador.
Este género fue erradicado a principios del siglo XX por la estricta moral de Japón en esos momentos. La mayoría de las obras fueron creadas por artistas de la escuela ukiyo-e para exhibir el placer sexual en todas sus formas, mezclando en ocasiones le humor e inspirándose en la narrativa medieval japonesa.  Los avances en los métodos de impresión en el siglo XVII promovieron el shunga entre las clases medias emergentes, y pese a las grandes desigualdades de género, también entre una audiencia femenina.
Utamaro

Estas obras, al contrario de la Europa de aquel momento no trazaban una barrera moral entre arte y pornografía, y pese a que las estrictas leyes del confucianismo regían la vida oficial, no se entrometían en el ámbito privado.
Koryūsai

Kyosai

Hosoda Eishi

Las ilustraciones de shunga nacieron ajenas a cualquier censura y su prohibición formal en 1722 tampoco tuvo reflejo en la práctica. Seguían siendo distribuidas con libertad  por las redes nacionales de bibliotecas y las de prestamistas de libros, que no estaban reguladas. El cambio de actitud oficial a finales del siglo XIX y la introducción de un código penal que prohibía la difusión de material obsceno a principios del siglo XX acabaron erradicando el shunga. Su producción dejó de ser tolerada y sus propietarios terminaron escondiéndolos a la vez que este arte eran descubierto en Europa y EE.UU. Gracias al legado del médico y político George Witt, el Museo británico tiene desde 1865 una de las colecciones más importantes fuera de Japón. Este museo organiza actualmente una exposición  llamada Sexo y placer en el arte japonés hasta el 5 de enero. 
Para más información sobre esta exposición: 


3 comentarios:

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  2. Fascinante tema. Gracias a este artículo estoy descubriendo cuadros maravillosos. A cambio ofrezco esta pieza de Erik Satie, compositor impresionista precursor del minimalismo, la Gnossienne nº1:
    http://www.youtube.com/watch?v=oOTpQpoHHaw
    Muchas gracias!

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  3. Tema interesante que acabo de descubrir.siempre ame el Impresionismo,siempre crei en su originalidad como expresion .No conocia que la pintura Japonesa que se abrio al mundo cuando JApon rompio su ostrasismo y su cultura en 1860 pudo abrirse a todo el mundo ,lo descubri en mi viaje de este ultimo año cuando visite las islas Japonesas,

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