jueves, 14 de noviembre de 2013

Psiqué, de Berthe Morisot.

Carmen Grijalba Peña



Retrato de Morisot. Edouard Manet, 1872.
Berthe Morisot (Bourges, 1841- París 1895), fue la primera mujer en unirse al movimiento impresionista. Pertenecía a una familia de la alta burguesía francesa, y junto a su hermana estudió con Eugene Benot Buichard, discípulo de Ingres y Delacroix. Su abuelo paterno fue un arquitecto famoso y su padre estudió en la Escuela de Bellas Artes, por lo que fue educada en el gusto por las artes.

Jugó un papel muy importante en el desarrollo del impresionismo francés, y pese a su alta procedencia social tuvo mucho éxito con escenas cotidianas. Expuso en todas sus exposiciones con Degas, Renoir, Monet o Pisarro. Junto con este último son los dos únicos autores que formaron parte de todas las exposiciones impresionistas originales. Además era amiga y modelo de Manet, y se casó con su hermano Eugène Manet en 1874. 
Tras su muerte en 1895 fue enterrada en el sepulcro de los Manet en Passy.
 
Lápida de Berthe Morisot en el cementerio parisino de Passy
Desarrolló un estilo impresionista donde destaca la delicadeza y la sutileza en la representación de paisajes y escenas de mujeres con niños.
De entre toda su producción artística voy a hablar de Psiqué (El espejo de vestir) de 1876, expuesto en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Este lienzo, junto con el de Joven empolvándose, se presentó en la exposición de los impresionistas de 1877.



Vemos representada a una joven que se mira en un gran espejo. Este está situado entre dos ventanas, por lo que la escena es muy luminosa. Las manos de la joven están a la espalda, abriendo el corsé, y una manga le cae por el hombro. La pincelada es muy suelta y rápida, típica del impresionismo. Las manchas y los trazos aluden al dibujo de un tapiz.
Pese a lo simple que parece la escena en realidad refleja mucho más. Se trata de una representación del mito clásico de Amor y Psique.
En la mitología Amor (o Eros) se enamora de Psiqué, pero cuando esta le traiciona la abandona. Psique para recuperar su amor realiza varias tareas para Afrodita, entre ellas ir al infierno y pedirle a Perséfone, esposa de Hades, dios del inframundo, que le devuelva un poco de su belleza en una caja negra que la misma Afrodita le había dado, ya que se había marchitado cuidando a Amor en su tristeza. Psiqué realiza el encargo, pero abre la caja y cae sobre ella un “sueño estigio”. Entonces Eros, que ya la había perdonado,  limpió el sueño de sus ojos y la hizo inmortal.
Durante el siglo XIX Psiqué era considerada una representación  del alma inmortal y su símbolo era una mariposa, ya que ambas sufren transformaciones. Además solía estar representada como una mujer joven con alas de mariposa.
En este cuadro se puede ver una alusión a esto en la postura de los brazos de la joven, además de la pequeña mancha amarilla en el marco del espejo que parece una mariposa. La delicadeza de la postura de la figura y el ambiente que rodea la escena recuerda a las bailarinas de Degas.
Pese a esta alusión a la cultura clásica la figura no es clásica, sino una joven contemporánea que se observa en el espejo. Y Amor, su amante en el mito de la antigüedad, no aparece.  


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