martes, 14 de enero de 2014

PAUL CÉZANNE



Autorretrato al aire libre (1873-1876)
Cézanne

A nuestro pinto le llego el éxito de sus pinturas demasiado tarde cuando ya era anciano pues antes la gente de la época no había sido capaz de entender su pintura, así que el éxito nunca fue una constante en los primeros años de su carrera artística. Tampoco ayudo su carácter, a veces intratable y en otras tímido hasta el punto de convertirse en un ermitaño. Su carácter nos recordaría a otros pintores como Gaugin o Van Gogh. Los objetivos artísticos que se marcó fueron la búsqueda de lo permanente y  de lo duradero lo que más tarde caracterizo el arte de los museos. Cézanne admiraba las pinturas de Pissarro, Monet y Renoir y en sus obras se puede ver la influencia que las obras de esos pintores tuvieron en la suya. Sin embargo, no podemos decir que Cézanne sea plenamente impresionista sino que utiliza el impresionismo como puente para enriquecer su pintura por lo que podríamos decir que su obra artística daría paso al postimpresionismo.

En la obra del pintor destacamos dos etapas fundamentales en relación a la naturaleza: en un primer momento su vida artística se centraba alrededor de su propia naturaleza que ya de por si era acomplejada y compleja. En otras palabras era una naturaleza interior mientras que en su segunda etapa se caracteriza por una naturaleza de cara al exterior donde encontramos representaciones de hombres y mujeres despojados de las pasiones de la juventud, armoniosos paisajes y sólidas composiciones geométricas entre muchas más temas.

Detalle de El sueño del poeta (1859-1860)
Taza, azucarero y pera (1865-1867)
En cuanto a la obra artística de Cézanne al principio contaba con una influencia del romanticismo sobretodo de las pinturas de Delacroix como se aprecia en El sueño del poeta. Destacan temas de carácter literario y poético. No obstante, no logran deshacerse del temperamento del pintor lo que queda plasmado a través de una pelta cromática espesa cargada de materia que ahonda en la expresividad. Vemos que además recibe el influjo de las pinturas de Manet en especial de los bodegones como en taza, azucarero y peras.  Se aprecia en su obra el estudio de bodegones españoles y flamencos del s. XVII. Aunque sin duda alguna el cuadro por excelencia de este período es Una Olimpia moderna claramente inspirada en la de Manet a modo de homenaje. Destaca por el tratamiento cromático desbordante y la amplitud de la escena que se representa.  En cuanto a la libertad de las formas y el brillo de la luz nos indica que está cercano al impresionismo.

Una Olimpia Moderna (1872-1873)





 En la década de los sesenta su pintura se caracteriza por la pintura al aire libre donde recoge numerosos tipos de paisajes. Aunque se considera que son sus años de impresionista se diferencia de pintores como Renoir o Monet en que los colores que emplea son más densos y opacos mientras que las formas son más rotundas pero menos luminosas. Es en estos momentos cuando se hace amigo de Pissarro y ambos empiezan a pintar juntos. De esta época destacamos cuadros como La calle del pueblo en Auvers que se caracteriza por el estudio de la luz a diferentes horas del día, aunque lo que más sobresale es su manera de moldear el volumen a través del color, en otras palabras entender el espacio en términos lumínicos. Autorretrato al aire libre nos permite ver la realidad de su persona, pues se representa con aspecto hosco lo que apela a su personalidad que queda reflejada en las crónicas de la época.


El florero azul (883-1887)
Tras el fracaso de la exposición impresionista de 1877, Cézanne se embarca en la aventura de tratar de dotar a la pincelada impresionista propiedades constructivas y para ello no duda en pasar horas y horas intentando crear esa unidad mínima a partir de la cual crear el cuadro. En El florero azul podemos ver detalles interesantes como las frutas inacabadas donde se vislumbra los trazados que realizó el pintor o la forma de representar el plato detrás del florero que nos sugiere que ha sido representado desde dos puntos de vista diferentes.  En El puente de Maincy vemos que el espacio queda indeterminado pero Cézanne se apoya en la geometría regular del puente para legitimar la especialidad. también destacamos Mujer desnuda en un sofá donde el desnudo femenino es representado como una naturaleza muerta.



El puente de Maincy (1882-1885)

















Los jugadores de cartas (1890-1892)



A finales de los ochenta el pintor se centra en encontrar la síntesis entre la sensación impresionista y la sensación del cuadro. Que mejor que sus palabras para explicar lo que quería conseguir: “intento dar la perspectiva sólo a través del color”. Parece simple, pero sin duda no lo es como podemos apreciar en el tratamiento de las sombras de sus cuadros que se caracterizan por una gran maestría. En Los jugadores de cartas podemos ver las distorsiones espaciales que Cézanne ha llevado a cabo, el detalle se aprecia en la perspectiva entre la mesa y el tapete. La distorsión se consigue con la yuxtaposición de pequeñas manchas de color sobre el paisaje. Sigue realizando paisajes como Rocas en el bosque y numerosos retratos como El jardinero que se caracteriza por el toque ligero de los colores  y las posibilidades que encuentra en las acuarelas sobre las que trabajara en las últimas etapas de su vida. Destaca la serie de bañistas con cuadros como: tres bañistas que nos remite a lo clásico, cinco bañistas en un intento de revivir a Poussin los cuerpos están perfectamente integrados en el paisaje. Estudio de bañistas muy parecido al anterior.  Y Los bañistas que parece que su figura se sustenta en una elipse composición en grupos de tres separados por elementos arbóreos. También destacan sus cuadros sobre bodegones como Bodegón con manzanas y naranjas. Los plegados de la tela que se usan como fondo multiplican los puntos de vista de la obra, el espacio tradicional aparece desbaratado a la libertad del pintor.
Rocas en el bosque (1894-1898)
Bodegón con manzanas y naranjas (1895)

Tres bañistas (1879-1882)































Cinco bañistas (1892-1894)

Estudio de bañistas (1892-1894)

Bañistas (1892-1894)

El jardinero (1904-1906)

Y por último nos encontramos con los cuadros sobre la montaña de Sainte-Victorie que no puede considerarse una serie pero sí que nos sirve para ver la evolución de Cézanne. 

La montaña Sainte-Victorie desde el pino alto (1885-1887)

La montaña de Sainte-Victorie desde el Sudoeste (1890-1900)




Carmen Álvaro Bizarro.






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