Neoimpresionismo:
Características.
Luis
Quiñones García.
El termino neoimpresionismo fue
usado por primera vez por el crítico de arte francés Félix Fénéon en uno de sus
artículos publicados en la revista belga L’ art Moderne, el 19 de Septiembre de
1886. El grupo de artistas que normalmente adscribimos a este estilo artístico es
el compuesto por Seurat, Signac, Camile Pissarro y Lucien Pissarro, una serie
de autores que participaron en la octava exposición impresionista disponiendo
de una sala propia (Rewald, 1994). La denominación
así como su colocación nada accidental en el último salón impresionista coincidían
plenamente con su deseo de renovar esta corriente artística que tanto les había
influido.
Al igual que los maestros del
impresionismo los artistas de la nueva Sociedad de Artistas Independientes tenían
una gran admiración por la vida moderna y así lo reflejaron en sus obras y
estudios, donde tampoco faltaba el paisaje y las escenas de ocio y vida
burguesa (Solana, 1991). Continúan la búsqueda
de la luz y el color pero pretendiendo dotar a su pintura de una técnica científica
con la que calcular metódicamente la combinación de líneas, tonos y colores,
siendo esta la principal diferencia con sus predecesores. Perseguían la máxima armonía
en sus obras y para ello descomponían los elementos básicos de la pintura para
luego recomponerlos basándose en la división del tono (Solana, 1991). Este es quizás
el elemento más característico y lo que ha llevado a que sean conocidos también
como divisionistas, fundamentalmente consiste en distinguir y separar los
elementos que componen el color en cualquier superficie, de tal manera que los
colores no se mezclan en la paleta sino que los toques de pinceladas
yuxtapuestas forman puntos independientes y uniformes que se combinan en la
retina del espectador (Solana, 1991).
Entre los pintores que influyeron en
su desarrollo se puede destacar a Delacroix quien, según el propio Signac, ya conocía
las ventajas de la mezcla óptica y el contraste (Signac, 2013). Del mismo modo
el pintor romántico también abriría el camino al abandono de los colores
oscuros y terrosos de la paleta y mostraría una gran preocupación por la luz y
la claridad de los colores aplicados en los lienzos. Además seria el iniciador
de la teoría científica del color aplicada a la pintura y comenzaría a experimentar
con una cierta yuxtaposición de colores basada en el rayado (Signac, 2013). La otra gran
fuente de inspiración de Seurat y sus seguidores seria el movimiento
impresionista con el que habían convivido y trabajado. Sus autores
profundamente influidos por Turner y Jongkind habían desechado completamente el
negro y los colores terrosos sustituyéndolos por colores más luminosos y claros
que formarían parte de una paleta simplificada de siete u ocho tonos (Signac, 2013). Serían los
iniciadores de la descomposición de los colores en menudas comas yuxtapuestas
que se combinarían mediante la mezcla óptica del espectador. Los paisajes
brillantes y luminosos quedarían ensombrecidos por la mezcla accidental de
colores opuestos, lo que tendría como resultado un gris deslucido (Signac, 2013) que podría haberse
evitado con la aplicación de un estricto método científico. Es precisamente
esta ausencia de método la característica más criticada por los
neoimpresionistas y la cuestión a la que pretenden hacer frente desde una óptica
plenamente positivista (Solana, 1991), presentándose como
la culminación de la evolución de la pintura hasta el momento.
Recogiendo todas estas influencias y
aportando características propias los neoimpresionistas iniciaron la línea analítica
y constructiva del arte moderno que junto con Cezanne influiría en el
desarrollo del cubismo y la abstracción a lo largo del siglo XX, con artistas
como Kasimir, Malevich o Piet (Solana, 1991).
Bibliografía:
Rewald,
J., 1994. Historia del Impresionismo.
Seix Barral, Barcelona.
Signac, P., 2013. Neoimpresionismo. Casimiro, Madrid.
Solana, G., 1991. El Impresionismo. Anaya, Madrid.
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